jueves, 7 de agosto de 2008

Palabras de un Maestro

FERNANDO DE SZYSZLO

En colaboracion con Valerie Travezán.

Considerado como uno de los difusores del arte en el mundo y uno de losíconos culturales de nuestro país, el gran pintor Contemporáneo conversa sobre su carrera y el Honoris Causa que se le ha conferido

En su mente están las imágenes que en algún momento necesita plasmar. En sus manos se aprecian los rasgos de los colores usados en la práctica de su labor, y en sus palabras está ese lenguaje culto que expresa con naturalidad. A sus 80 años, Fernando de Szyszlo no ha cambiado, posee una sonrisa que se expande al instante y en sus ojos se ven dibujados los atardeceres que ha disfrutado.

Llega cogido de la mano de su esposa Lila Yábar, da un cordial saludo y da inicio luego a lo que será el relato de su fascinante vida, llena de experiencias profundas y que revelan el gran artista que lleva dentro.

Génesis artística
Cruza las manos y recuerda su juventud, aquellos tiempos cuando estudiaba en la Universidad Nacional de Ingeniería. Luego, tras llevar unos cursos de arte para perfeccionar los trazos del dibujo arquitectónico, cambió de rumbo y se dirigió a su verdadera vocación, la pintura.
Al comienzo su familia no aceptó este oficio. «En esa época cambiar una carrera de arquitecto por la de pintor era una desilusión terrible. Mis padres creían que iban a mantenerme toda la vida, como a un borrachito y que me acostaría a las tres de la mañana», manifesta, entre risas. Sin embargo, al pasar el tiempo, sus padres fueron más tolerantes y le dejaron seguir su vocación.
Sin imaginárselo, en sus primeros años en París experimentó las penurias que todo artista debe vivir si quiere triunfar. «Nunca tomaba desayuno, almorzaba y por las noches comía un tallarín. Solo un tercio de lo que tenía lo consumía en cigarrillos, lo que me quedaba lo gastaba en hotel, materiales de pintura y café», recuerda.

Fue amigo de diversos escritores a quienes admiró. Octavio Paz, Guillermo Cabrera Infante, Jorge Eduardo Eielson, Mario Vargas Llosa, Emilio A. Westphalen fueron los personajes que lo acompañaron en aquellos tiempos.

A su vez agrega: «La literatura me atrajo y entre las cosas que leí está la vida de Gauguin que me impresionó mucho debido a que fue un personaje vinculado con el Perú. Todo eso me metió al mundo de la pintura y nunca lo dejé».


Plasmar una imagen
Todo artista posee en algún momento una idea en la que se basa para desarrollar su obra. De Szyszlo tiene una apreciación acerca de esos momentos. «Cuando uno comienza busca en sus recuerdos, en los cuadros que ha visto o nace influido por otros pintores, como yo por Piccaso; tuve una sensación que traté de apresar. Entonces, encontré en el dibujo la forma con la que quería pintar», refiere.


En medio de la entrevista se acercan algunos extranjeros, que le estrechan la mano. Incluso, le piden un autógrafo y le hablan un poco más sobre el perfeccionismo y el arte de sus obras. Esa técnica que muchos han admirado y pocos han experimentado.

Confiesa que esa tarde estuvo pintando y que su labor no tiene cuándo detenerse, dice que ser pintor «es algo que nunca va a parar, es un oficio del que uno ni se olvida, ni se retira».


Honoris Causa
«Me es imposible pasar los 80 años y no tener sobre el mundo una mirada nostálgica y melancólica. Digo sobre una circunstancia en que el pasado ocupa casi todo espacio y no sé dónde colocar lo que resta del futuro. Tengo la sensación de que el presente es todo el futuro que me queda y al mismo tiempo hago planes como si estuviera a la mitad del camino de la vida». Así siente la vida después de todo lo recorrido y así lo dijo también en la ceremonia de distinción Doctor Honoris Causa que se le otorgó a nombre de nuestra Universidad.


El evento, realizado el 16 junio, en el auditorio de la Facultad de Derecho de nuestra Casa de estudios, contó con la presencia del rector Raúl Bao García, los decanos de las facultades de la USMP, así como de personajes ilustres como el ex secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar.

Por otro lado, De Szyszlo tiene una hipótesis con respecto a esta distinción otorgada. «Me siento muy conmovido, emocionado, pero pienso por momentos que más que un homenaje es una despedida», dice sonriente.
No obstante, el público sabe que este reconocimiento es poco para manifestar todo el respeto y la admiración por un personaje que por sí mismo salió adelante y puso su nombre a la altura de los grandes artistas mundiales.

Antes de despedirse, brinda un mensaje a todos los jóvenes que quieran dedicarse a la labor artística.«Que trabajen porque todo depende de uno, para conseguirlo hay que luchar, no hay parto sin dolor».

Ya es tarde y las luces del recinto se han encendido, la entrevista concluye, no sin antes observar sus cuadros y despedirse con una venia. Don Fernando se dirige a casa y en su mente guarda lo que tal vez dentro de unas horas, en un acrílico o un lienzo, sus manos plasmarán.

DATOS
  • Fernando de Szyszlo es hijo de un científico polaco y de una de las hermanas del escritor Abraham Valdelomar.

  • Estuvo casado con la famosa poetisa Blanca Varela.

  • Se han realizado más de cien exposiciones de sus obras de manera individual en museos, galerías así como en bienales en todo el mundo.

  • De Szyszlo también diseñaba muebles por el año 1951 en una fábrica ubicada en el Jirón de la Unión; además escribía artículos sobre libros de arte en el diario La Prensa.

RECONOCIMIENTOS

  • Fernando de Szyszlo, además de ser reconocido con el Honoris Causa por nuestra Casa de estudios, ha recibido otras distinciones como la Cruz de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del Gobierno de Francia y el grado de Gran Oficial de la Orden Bernardo O´Higgins del Gobierno de Chile.