viernes, 25 de julio de 2008

Un encuentro entre dos grandes de la música

Solo al dramaturgo mexicano Sergio Zurita se le pudo ocurrir la idea de unir a dos leyendas de la música, de diferentes épocas y personalidades en una misma escena. «No te preocupes ojos azules» es una historia original, que narra una conversación entre los ídolos de todos los tiempos. La trama presenta al músico Kurt Cobain, vocalista de Nirvana, en su casa de Seattle, Estados Unidos. Es la noche del 5 de abril de 1994 y el cantante decide ponerle fin a su vida, pero ocurre un hecho inesperado. Una persona hace su aparición por la puerta, lleva un vaso de whisky en la mano derecha y un micrófono en la izquierda e ingresa al ritmo de la canción «The best is yet to come», un mensajero divino que –sin imaginárselo– es el mítico cantante Frank Sinatra, quien por órdenes divinas viene a disuadir al joven suicida. Ambos comienzan un diálogo cargado de recuerdos y memorias, así como de la vida, el hombre ante los problemas y los intentos por no opacar el honor de un ídolo. Juntos repasan momentos de sus vidas en un ambiente de humor y música. En la piel de la leyenda.- Sinatra es interpretado por el actor Fernando de Soria. «Es una obra difícil con solo dos personajes que fueron reales, que existieron y que presentan una personalidad totalmente distinta. Es un orgullo hacer de Frank», manifiesta el actor. Por su parte, Joaquín de Orbegoso, quien personifica al famoso vocalista Kurt Cobain, espera que la gente venga a disfrutarla, pues «es una buena puesta en escena». La dirección de la obra está en manos del reconocido Alberto Ísola. «Tras sucesivas lecturas fui revelando el hondo y entrañable encuentro entre dos hombres triunfadores de distintas generaciones que recurren a un mundo para hablar sobre la masculinidad y el triunfo como un elemento inherente al ser humano», refiere. Un Sinatra salvador y un Cobain cargado de preguntas y problemas es lo que se aprecia en la obra que se presenta hasta el 3 de agosto en el Auditorio de la Municipalidad de San Isidro, de jueves a domingo a las 8 p.m.
Sea testigo de un encuentro inusual.

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